Hay textos que no son publicables.
Hay tristeza que no se dice, sólo se siente.
Hay días grises como el cielo de invierno, con dudas, miedos y dolores.
Dolores que clavan en la cabeza como el clavo en la mano de Jesús.
Todo hay que dejar atrás,
En un parpadear, ya es pasado, ya no se puede cambiar y hay que dejar pasar.
Muy bien, así es la vida.
Un café, una tarta prohibitiva y volvemos a mirar colores.